Sin tocar el piso.
Cuatro recintos consecutivos delineados por cortinas, esconden uno tras otro la experiencia del lugar. En el centro, un perchero de seis metros y medio dispone toda la producción de KabraKuervo, una marca de ropa sin distinción de género. En la pared opuesta, una serie de mallas metálicas de tamaño standard dispuestas de forma equidistante, funcionan como soporte para el desarrollo de composiciones posibles utilizando los accesorios de la marca.